jueves, 27 de noviembre de 2014

Vainas - Melosería

Con la melosería me pasa lo mismo que con el chisme. Me disgustan tanto, que me fui al otro extremo. Por el lado de la melosería, cualquier retórica chimba me causa nauseas. Y por el del chisme, no cuento nada de lo que me pasa a menos que me pregunten.

Yo no sé qué tan bueno sea ser así de alérgico a la melosería. Muchas mujeres lo ven como un defecto, por ejemplo. Pero lo que sí les puedo decir es que esa actitud me ha llevado a leer cosas mejores.

En la literatura existen los Coelhos, que son melosos como un hijueputa, y flojos, flojos. Y si en la literatura existen, en las redes sociales pululan.

Pero este post no es para criticar. Lo que vine a decir es que hay cosas que traen todo el sentimentalismo característico de las vainas melosas, pero que son estéticamente tan bien hechas, que no empalagan. Esas cosas son las que ando buscando. Ahí les dejo dos ejemplos:





sábado, 1 de noviembre de 2014

Vainas - Hágase para allá, pero no tanto

La distancia es caprichosa. Cuando es muchísima, difícil de recorrer, causa nostalgia y ganas de estar junto a esa otra persona. Hace que llames, que escribas, que sueñes.

Si no es mucha, digamos dos horas de trancón, lo único que genera es fastidio al recorrido. Y puede llegar a ser tanto, que jode hasta el amor más puro.

Y cuando ya no hay espacio entre los amantes, se pasa bien, hasta que cansa.