martes, 24 de febrero de 2015

Vainas - Ceguera

Hacía calor. Un sofoco terrible que sólo le afectaba a él. Un poco de la ansiedad de siempre mezclada con rezagos de alcohol, exceso de café y cansancio. Todos tranquilos y él con las mejillas rojas y la frente húmeda. La garganta y los labios secos, las manos mojadas, las gotas de sudor en el pecho y todos preguntando trivialidades, uno tras otro, sin cesar. Lo franqueaban, lo rodeaban, lo cercaban. Sintió odio hacia todos ellos que habían escogido tan mal momento. Casi no respiraba y cada vez más sangre en la cabeza cegando las ideas. Hablaba a tumbos y podía notarlo. Algunos momentos lúcidos oscurecidos por la torpeza del resto de lo que decía. Cinco minutos insoportables de ceguera.